jueves, 4 de febrero de 2021

Poema del 4 de febrero de 2021

 

Las ilusiones desparramadas en el olvido

manojos de proyectos ahora sin ganas

alternativas de vida destituidas

de cualquier futuro sopesado

en las horas tristes de mi imaginación.

¡Yo tenía el mundo al alcance

de mis pies de infancia curtidos!

¡El mundo era mío

pero yo no la sabía!

Entonces la impiedad del tiempo

me devoró. Y entré al laberinto

y lloré por las ventanas rotas

por las casas de techos de chapa

vi la realidad en sus contornos

y desde sus límites sentí que no:

que no se podía ser indiferente

que no se podía leer y escribir

pero al mismo tiempo visualicé

que luchar no servía de nada

que ya estaba todo destruido

y la destrucción era mi interior

mi alma fracturada inundada

de sangre tóxica y maldita

de sangre desmemoriada y cruel.

(Y no solo mi alma: mi mente

también se había perdido en la marea

de la estupidez a precio rebajado)

 Cuando todavía el mundo era mío

y tenía a mi disposición la música

y la locura era una burbuja alegre

y no un pantano de pus reventado

cuando todavía el mundo era entero

y estaba frente a mí sin yo saberlo

no se me ocurría que no encontraría

nunca a nadie que quisiera besarme

o decirme una noche en silencio

“la vida puede tener una causa

un motivo, un porqué, direcciones

claras y convicciones profundas”

con tan solo compartir el sueño

y la fragilidad del cuerpo desnudo…

(Pero me encargué también de eso

de destruir todo lo que había amado

y de vulnerar a quienes me quisieran)

¡Lo tenía todo!

Pero ya no hay retorno.

 

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