...había
pasado ya más de un mes desde la última vez que se sentara a escribir sus ideas
en la computadora. Venía escribiéndolas, como era su costumbre, en engorrosos
cuadernos que se acumulaban en cajones y en los estantes, cuadernos con
garabatos manuscritos tan desprolijos que la propia relectura de sus palabras
requería habilidades criptográficas. Tendría que decidir, en algún instante de
su futuro, qué hacer con tanto papel acumulado de pensamientos, emociones
(mayormente negativas) y recuerdos. Reflexiones que con el paso del tiempo se
devaluarían porque su capacidad de analizar la coyuntura era pobrísima y había
empeorado desde que en marzo de 2020 el coronavirus arribara en América Latina.
Los eventos se precipitaban con el ritmo vertiginoso de las encrucijadas
históricas cruciales y, en esa vorágine del acontecimiento, su capacidad de
reacción se había diluido tanto como su capacidad para sobrellevar una lectura
coherente y profunda de los hechos y de sus consecuencias. Sólo una cosa era
clara, certera: que tales consecuencias serían brutales para su bienestar
psicólogico. Porque su soledad se había acrecentado. Porque debía adaptarse
laboralmente al esquema de una sociedad arrasada. Y no dejaba de sentir que sus
acciones egoístas, que su desinterés por cualquier signo de militancia, y que
aun sus vanos intentos de solidaridad eran tanto un efecto como una causal de
esa fractura del conjunto social, conjunto del que ella formaba parte y del que
quería aislarse o frente al cual quería permanecer invisible la mayor parte del
tiempo. Siempre al final del día se refugiaba bajo una consigna frustrada: los
individuos no tienen capacidad de agencia sobre la gran estructura sistémica
que regula las dinámicas sociales y las relaciones de producción del
capitalismo consumista ¿no es cierto? ¿de qué sirve intentar transformarla? ¿de
qué sirve participar en la búsqueda de un porvenir más favorable? La muerte
estaba pautada de antemano en un proyecto global de dominación capitalista: el
progreso llovía como llovía glifosato en los campos del territorio
históricamente traumatizado bajo el nombre de “Argentina”; de la misma manera,
se arrasaba el monte y se desalojaba a las comunidades indígenas en nombre de
la soja y del petróleo; ¿de qué servía actuar? ¿qué se podía hacer?...
LA COYUNTURA ME SUPERA
no me actualizo, no comprendo nada, todo me pasa por arriba.
¿me estoy agilizando o me estoy estancando?
¿me manipulan el pensamiento o pienso autónomamente?
la información está toda falseada y la gente se acostumbró a hablar sin saber.
"ENTRENO MI CEREBRO ANTES QUE MIS BICEPS" (MDE CLICK, Visiones de Nefertiti).
las imágenes las robé de un medio digital, el fotógrafo es venezolano y este es su instagram.
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