viernes, 7 de junio de 2013

Una forma personal de clasificar al teatro

Al ser el teatro un movimiento amplio y tener una gran variedad de formas, existen muchas maneras de clasificarlo. Hay quienes se basan en la forma y la estructura de la obra (de esta manera existen las farsas, los dramas, las comedias, los sainetes, las tragedias...), y es esta la clasificación más común y aceptada del teatro. Pero para mi va más allá de la estructura, y me puse a pensar en otra forma de ordenar las obras teatrales.

Me parece que es necesario organizar al teatro desde el punto de vista en el que se expresa. Cada dramaturgo presenta una situación (la trama) que muestra determinadas críticas a la sociedad, política o historia y problemas estéticos. Cada dramaturgo plasma la trama de su obra de acuerdo a las corrientes estéticas-artísticas que le parezcan adecuadas, como por ejemplo, el costumbrismo. 


Esta forma de clasificar al teatro se basa en estas diferencias que surgen a la hora de plasmar la trama de la obra. Se podrían dividir de forma general en obras realistas (situaciones probables) y en obras fantásticas (situaciones imposibles.)  Esta clasificación es sólo aceptable para el teatro contemporáneo.

Obras Realistas:


Teatro Costumbrista: El costumbrismo es el estilo de teatro en el que la crítica o la trama se plasma forma directa y constante. No hay metáfora ni simbolismos profundos: la trama se basa en el día a día de un sector social determinado, o del conjunto social en general (cuando las obras suceden en espacios abiertos, como calles.) No hay situaciones que alteren a la realidad: todo debe ser natural y fluido. Los diálogos deben reflejar el habla popular y as vestimentas deben ser adaptadas a la moda de la época. Esto hace de estas obras un muy interesante documento social. 

Ejemplos de obras costumbristas: mencionar obras específicas sería ridículo, habiendo dramaturgos que cultivaron el genero toda su vida - Específicamente en el ámbito rioplatense, Florencio Sánchez, Armando Discépolo, Gregorio de Laferrere...

Teatro Realista: El teatro realista "a secas" se diferencia principalmente del costumbrismo porque el trasfondo social e histórico no es tan importante. Se plasman situaciones de la vida real, pero si en el costumbrismo la crítica o las temáticas de la obra se desarrollaban en base al día a día, a la muestra de la sociedad en su estado más puro, en las las obras realistas se muestra en el desarrollo emocional de sus personajes, sus relaciones afectivas y sus deseos.   Se puede decir que el teatro realista permite mayor libertad al escritor, y no exige la presentación de un trasfondo. Es difícil en algunos casos establecer la diferencia entre el teatro costumbrista y el realista: sus límites son muy ambiguos. 

Ejemplos de obras realistas: Incidente en Vichy (Arthur Miller), La Noche de la Iguana (Tennessee Williams), Sucede lo que Pasa (Griselda Gambaro).

Cuando se mezcla el teatro realista (un género posible) con el teatro lírico (un genero imposible, ver más abajo), surge el teatro onírico, que es difícil de categorizar por estar en un ambiguo límite entre lo posible y lo imposible.

Obras Fantásticas:

Teatro Lírico: La trama es esencialmente parecida a la del teatro realista: se plasman situaciones de la vida real dándole importancia al desarrollo emocional de los personajes, y no al trasfondo social e histórico. ¿Qué es lo que los hace distintos? La forma en la que se plasma. En el teatro lírico los personajes se ven desnaturalizados, y su habla es profunda y poética. Se enaltece el lirismo del idioma. Se producen escenas de ensueño. Hay un uso importante de simbolismos. Es común la presencia de fragmentos de poesía y de música y baile. Este lirismo produce una fractura con la realidad, y produce que situaciones que podrían ser totalmente probables, se conviertan en fantásticas. En resumen, es una de trama realista en la que se produce una fractura con la realidad debido a que operan factores imposibles, en menor o mayor grado sin llegar al sin sentido.

Ejemplos de obras líricas: Los ejemplos más característicos son los españoles Alejandro Casona y Federico García Lorca. El primero, añadiendo un trasfondo fantasioso a sus obras (en "Los Arboles Mueren de pie" existe una sociedad secreta inexistente que sostiene una trama de carácter realista) y el segundo, añadiendo lirismo y poesía al lenguaje popular. En la Argentina, se debe mencionar las obras del escritor Roberto Arlt, como "La Isla Perdida".


Teatro absurdo: Constituye la principal corriente teatral de fines del siglo XX. Ya se rompen todas la convenciones de lo que es normal y lo que no. El absurdo puede ser en mayor o en menor medida: puede tratarse del lenguaje (diálogos irracionales y repetitivos, palabras inventadas, exageraciones...) o la inserción de situaciones imposibles (vuelta de la muerte de algún personaje, repetición, falta de relación espacio-tiempo). No es necesario presentar un trasfondo, es lo de menos. Las obras suelen realizar su crítica de manera metafórica y extravagante.

Ejemplos de obras absurdas: Toda la obra de Eugene Ionesco. En la Argentina, muchos autores incursionaron en el absurdo: Griselda Gambaro, Carlos Gorostiza, Roberto Cossa.

En el medio de ambas categorías:

Teatro onírico: mencionado anteriormente como una mezcla entre el teatro realista y el lírico. Es una trama de carácter realista o lírico, pero que a la hora de representarse hace incursión en el mundo personal de un personaje. Son todas aquellas obras que jueguen con el espacio-tiempo de manera que se utilizan recursos como la analepsis (flashback), o el sueño. El pasado y el presente se funden en una realidad ficticia que es percibida sólo por el protagonista y los espectadores.

Ejemplos de obras oníricas: la obra maestra de Arthur Miller, "La Muerte de un Viajante". En la Argentina, "El fabricante de fantasmas" y "Trescientos Millones" de Roberto Arlt.

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